Toda mujer embarazada, conforme se acerca la fecha de parto, imagina aquel
momento de una forma distinta. Es imposible dar una receta para tener el mejor
parto del mundo, principalmente porque depende en gran medida de circunstancias
que están fuera de nuestro control. De lo que sí se puede hablar es de
recomendaciones que, en este caso, son muy personales. Sin embargo, después de
tres partos naturales (todos muy diferentes, empezando por el país en que se
llevaron a cabo) puedo compartir mi propia receta para un buen parto.
Pero, ¿qué es un buen parto? Aunque cada quien tiene, como ya lo he
mencionado, su propia idea de lo que es un buen parto, quiero dar aquí la
receta para mi parto ideal. Seguramente será diferente a tu parto ideal, pero
podrás poner en práctica las recomendaciones que te parezcan buenas, siempre
tomando en cuenta la opinión del médico.
Antes del parto
1. De ser médicamente
posible, elije un parto normal (via vaginal): Es mucho mejor tanto para la salud física y bienestar emocional de la madre
como del bebé. Si quieres conocer más sobre los pros y contras de esta elección
puedes leer el texto sobre el tema en este blog que se titula "Cuestiones sobre la elección del tipo de parto".
2. Habla con tu pareja con
anticipación sobre el parto. Escucha las
preocupaciones de tu pareja o quien te vaya a acompañar en la sala de parto.
3. Habla con tu pareja, o
quien te vaya a acompañar, sobre tus miedos, sentimientos, emociones y lo que
esperas de él en el proceso del parto. Platiquen de sus
preferencias para que ese día pueda ser tu abogado y traductor con los médicos
y enfermeras. Él te conoce bien y a veces en el momento es difícil decir lo que
necesitas.
4. Prepara la casa para la llegada del bebé, eso te dejará más tranquila. Si ya tienes hijos, deja organizado quién los cuidará y hará las vueltas necesarias.
Durante el parto
5. Cuando empiecen las
contracciones, no vayas corriendo al hospital. Para que el proceso del trabajo de parto avance rápido (lo ideal para
todos) es mejor estar de pie, caminando o sentada, en una pelota de pilates,
por ejemplo. En cuanto te admitan en el hospital querrán que te acuestes para
monitorear al bebé, lo que demora la dilatación y agrava la sensación de las
contracciones. Para evitar estar esperando por horas en esta posición, ve al hospital cuando tengas de 2 a 3 contracciones cada 10 minutos y con una duración de por lo menos 45 segundos (a menos que tu doctor tenga alguna indicación en específico). En caso de que se rompa la fuente antes de empezar con contracciones, hay que avisar al doctor e ir al hospital.
6. Espera para pedir
anestesia. Pide la anestesia epidural hasta que
sientas que no toleras más las contracciones. Por lo menos después de los 6
centímetros de dilatación.
7. Pide que no te
anestesien por completo. Durante mi segundo parto, en
Barcelona, la anestesia se fue solo hacia un lado. Lo que parecía una pesadilla
terminó resultando mejor cuando pudieron nivelarla, dejándome con un porcentaje
alto de sensación. La experiencia de sentir las contracciones y el parto fue
tan positivo que fue así como lo pedí a mi doctora en Sao Paulo, Brasil, con mi
tercer parto. La idea sería hacer que el dolor sea tolerable y que te sientas mejor, no
dejarte totalmente fuera de servicio. Teniendo todavía sensación, podrás hacer
fuerza suficiente y de la manera correcta para expulsar al bebé por ti misma,
sin necesidad de que te aplasten la panza ni estiren al bebé (lo que aumenta el
riesgo de desgarre y de necesidad de puntos).
8. Pide al doctor no
realizar la episiotomía como rutina. Muchas veces no se
necesita o se requieren muchos menos puntos de los que pondrían si la hacen
antes de ver si es necesaria o no. La episiotomía realizada de rutina es la
causa de mayor incomodidad entre las mujeres que han tenido parto normal.
9. Delega la cámara al
anestesiólogo. Por lo general, él no está tan ocupado y
así tu pareja podrá disfrutar el proceso y estar al pendiente de ti.
10. Pide un espejo para
ver el parto. Esto ayuda a relajarte al ver que la fuerza que haces es productiva y
que pronto tendrás a tu bebé en los brazos.
11. Pide al doctor colocar
al bebé encima de ti justo cuando nace, esto lo calma mucho y
es lo más natural del mundo. Siendo parto normal, es probable que esté
respirando bien y que puedas tenerlo unos minutos contigo antes de que lo
lleven a pesar y evaluar.
Después del Parto
12. Te dejarán en recuperación. Pide tener al bebé contigo para que puedas
amamantar por primera vez. Entre más pronto empiece a comer, además de recibir
los nutrientes necesarios del calostro, más estimulará el comienzo de la
producción de leche.
13. Muchos hospitales, sobre
todo en México, tienen como protocolo llevar al bebé a la incubadora algunas
horas (varían dependiendo del hospital). Cuando nació mi primer hijo,
completamente sano, no entendía por qué tendrían que llevárselo tantas horas
lejos de mí… y sin comer! En España, por ejemplo, madre e hijo se van juntos al
cuarto después del parto. Lo que sí es seguro es que puedes pedir alojamiento conjunto, así tu bebé dormirá contigo en el
cuarto. Para mí, esto es muy recomendable pues vas aprendiendo a conocer su
ruiditos. Cuando lleguen a la casa te sentirás mucho más segura y capaz de
cuidarlo. Ahora, las primeras noches puede ser muy cansado porque, al mismo
tiempo que te recuperas del parto, das de comer al bebé cada dos o tres horas.
Siempre tendrás la opción de pedir ayuda a las enfermeras para poder descansar,
sobre todo de noche. Lo importante, en ese caso, es pedir que no le den ningún
suplemento para que sigas dándole de comer y así produzcas la leche que él necesita.
14. No pidas ayuda a menos
de que sea necesario. Muchas madres se dejan llevar por la moda
de tener enfermera o nana. La realidad es que entre más tiempo pases con tu
bebé, más rápido lo conocerás y más fácil te será aprender a entenderlo. Por
otra parte, el bebé te necesita específicamente a ti. No necesita a las
enfermeras ni a los abuelos u otros familiares, que con buena intención quieren
cuidar al bebé por la madre. La naturaleza es muy sabia, cada vez que el bebé
come tiene un encuentro de amor con su mamá. Si en vez de darle pecho usas un
tiraleche para que alguien más le dé un biberón en la noche, disminuyes el tiempo
de convivencia con tu bebé. Bañarlo, darle pecho e incluso cambiarle el pañal,
son encuentros esenciales que el bebé necesita para su desarrollo. Además, en
un abrir y cerrar de ojos crecen y el esfuerzo siempre vale la pena.
Espero que estos puntos te ayuden a tener un buen parto y a empezar con el
pie derecho este maravilloso camino como madre.
que bonito Fer!
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