viernes, 1 de noviembre de 2013

Mi parto ideal


Toda mujer embarazada, conforme se acerca la fecha de parto, imagina aquel momento de una forma distinta. Es imposible dar una receta para tener el mejor parto del mundo, principalmente porque depende en gran medida de circunstancias que están fuera de nuestro control. De lo que sí se puede hablar es de recomendaciones que, en este caso, son muy personales. Sin embargo, después de tres partos naturales (todos muy diferentes, empezando por el país en que se llevaron a cabo) puedo compartir mi propia receta para un buen parto.

Pero, ¿qué es un buen parto? Aunque cada quien tiene, como ya lo he mencionado, su propia idea de lo que es un buen parto, quiero dar aquí la receta para mi parto ideal. Seguramente será diferente a tu parto ideal, pero podrás poner en práctica las recomendaciones que te parezcan buenas, siempre tomando en cuenta la opinión del médico. 

Antes del parto

1. De ser médicamente posible, elije un parto normal (via vaginal): Es mucho mejor tanto para la salud física y bienestar emocional de la madre como del bebé. Si quieres conocer más sobre los pros y contras de esta elección puedes leer el texto sobre el tema en este blog que se titula "Cuestiones sobre la elección del tipo de parto".
2. Habla con tu pareja con anticipación sobre el parto. Escucha las preocupaciones de tu pareja o quien te vaya a acompañar en la sala de parto.
3. Habla con tu pareja, o quien te vaya a acompañar, sobre tus miedos, sentimientos, emociones y lo que esperas de él en el proceso del parto. Platiquen de sus preferencias para que ese día pueda ser tu abogado y traductor con los médicos y enfermeras. Él te conoce bien y a veces en el momento es difícil decir lo que necesitas. 
4. Prepara la casa para la llegada del bebé, eso te dejará más tranquila. Si ya tienes hijos, deja organizado quién los cuidará y hará las vueltas necesarias. 

Durante el parto

5. Cuando empiecen las contracciones, no vayas corriendo al hospital. Para que el proceso del trabajo de parto avance rápido (lo ideal para todos) es mejor estar de pie, caminando o sentada, en una pelota de pilates, por ejemplo. En cuanto te admitan en el hospital querrán que te acuestes para monitorear al bebé, lo que demora la dilatación y agrava la sensación de las contracciones. Para evitar estar esperando por horas en esta posición, ve al hospital cuando tengas de 2 a 3 contracciones cada 10 minutos y con una duración de por lo menos 45 segundos (a menos que tu doctor tenga alguna indicación en específico). En caso de que se rompa la fuente antes de empezar con contracciones, hay que avisar al doctor e ir al hospital.
6. Espera para pedir anestesia. Pide la anestesia epidural hasta que sientas que no toleras más las contracciones. Por lo menos después de los 6 centímetros de dilatación. 
7. Pide que no te anestesien por completo. Durante mi segundo parto, en Barcelona, la anestesia se fue solo hacia un lado. Lo que parecía una pesadilla terminó resultando mejor cuando pudieron nivelarla, dejándome con un porcentaje alto de sensación. La experiencia de sentir las contracciones y el parto fue tan positivo que fue así como lo pedí a mi doctora en Sao Paulo, Brasil, con mi tercer parto. La idea sería hacer que el dolor sea tolerable y que te sientas mejor, no dejarte totalmente fuera de servicio. Teniendo todavía sensación, podrás hacer fuerza suficiente y de la manera correcta para expulsar al bebé por ti misma, sin necesidad de que te aplasten la panza ni estiren al bebé (lo que aumenta el riesgo de desgarre y de necesidad de puntos).
8. Pide al doctor no realizar la episiotomía como rutina. Muchas veces no se necesita o se requieren muchos menos puntos de los que pondrían si la hacen antes de ver si es necesaria o no. La episiotomía realizada de rutina es la causa de mayor incomodidad entre las mujeres que han tenido parto normal. 
9. Delega la cámara al anestesiólogo. Por lo general, él no está tan ocupado y así tu pareja podrá disfrutar el proceso y estar al pendiente de ti.
10. Pide un espejo para ver el parto. Esto ayuda a relajarte al ver que la fuerza que haces es productiva y que pronto tendrás a tu bebé en los brazos.
11. Pide al doctor colocar al bebé encima de ti justo cuando nace, esto lo calma mucho y es lo más natural del mundo. Siendo parto normal, es probable que esté respirando bien y que puedas tenerlo unos minutos contigo antes de que lo lleven a pesar y evaluar.

Después del Parto

12. Te dejarán en recuperación. Pide tener al bebé contigo para que puedas amamantar por primera vez. Entre más pronto empiece a comer, además de recibir los nutrientes necesarios del calostro, más estimulará el comienzo de la producción de leche.
13. Muchos hospitales, sobre todo en México, tienen como protocolo llevar al bebé a la incubadora algunas horas (varían dependiendo del hospital). Cuando nació mi primer hijo, completamente sano, no entendía por qué tendrían que llevárselo tantas horas lejos de mí… y sin comer! En España, por ejemplo, madre e hijo se van juntos al cuarto después del parto. Lo que sí es seguro es que puedes pedir alojamiento conjunto, así tu bebé dormirá contigo en el cuarto. Para mí, esto es muy recomendable pues vas aprendiendo a conocer su ruiditos. Cuando lleguen a la casa te sentirás mucho más segura y capaz de cuidarlo. Ahora, las primeras noches puede ser muy cansado porque, al mismo tiempo que te recuperas del parto, das de comer al bebé cada dos o tres horas. Siempre tendrás la opción de pedir ayuda a las enfermeras para poder descansar, sobre todo de noche. Lo importante, en ese caso, es pedir que no le den ningún suplemento para que sigas dándole de comer y así produzcas la leche que él necesita.
14. No pidas ayuda a menos de que sea necesario. Muchas madres se dejan llevar por la moda de tener enfermera o nana. La realidad es que entre más tiempo pases con tu bebé, más rápido lo conocerás y más fácil te será aprender a entenderlo. Por otra parte, el bebé te necesita específicamente a ti. No necesita a las enfermeras ni a los abuelos u otros familiares, que con buena intención quieren cuidar al bebé por la madre. La naturaleza es muy sabia, cada vez que el bebé come tiene un encuentro de amor con su mamá. Si en vez de darle pecho usas un tiraleche para que alguien más le dé un biberón en la noche, disminuyes el tiempo de convivencia con tu bebé. Bañarlo, darle pecho e incluso cambiarle el pañal, son encuentros esenciales que el bebé necesita para su desarrollo. Además, en un abrir y cerrar de ojos crecen y el esfuerzo siempre vale la pena.


Espero que estos puntos te ayuden a tener un buen parto y a empezar con el pie derecho este maravilloso camino como madre.

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